Estamos a punto de entrar en Abril, un mes en el cual algunas personas con suerte pueden programarse algunos días de vacaciones para irse de viaje.
Cuando sale este tema, muchas veces la gente se asombra cuando digo que yo a mis viajes nunca llevo mi cámara réflex. "¿Cómo puede ser que una fotógrafa se vaya de viaje y se lleve la cámara compacta?" exclaman ojipláticos.
Sí, sí, eso es, la cámara compacta, esa "camarita" chiquitita que todos tenemos y el típico regalo que se hace a los niños por la comunión, y que curiosamente ahora ya usamos mucho menos gracias a los móviles de última generación.
Pues sí! Porque yo cuando puedo irme de viaje quiero disfrutar y de lo que menos me preocupo es de sacar fotos. Hay años en los que ni siquiera me puedo ir de vacaciones, y los años en los que sí he podido irme unos días lo que quiero es disfrutar al máximo; Tener una cámara de más de 1kg colgando todo el día del cuello y con el miedo de que le pase algo o me la roben no es la mejor manera de hacerlo.
Sí, es verdad que la réflex consigue fotos mucho mejores, eso es indudable. Pero a no ser que sea el viaje de mi vida, un viaje que sepa que nunca jamás podré volver a repetir, no me merece la pena sacrificar tantos cuidados y molestias por obtener fotos mejores. Esa es mi opinión.
Así que para todos vosotros los que vayáis a tomaros en este mes de abril unas (seguro) muy merecidas vacaciones, mi consejo es: disfrutad, Disfrutad, DISFRUTAD!
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| Foto de mi viaje del año pasado a los estudios de grabación de Harry Potter, en Londres |
