¡Me encantan las decisiones espontaneas! Esos días que te levantas y parece que es un día más, como otro cualquiera, con la rutina de siempre y sin nada de especial.. y de repente tomas una decisión que cambia el día por completo... ¿Os pasa a menudo? A mí sí.
A veces son decisiones premeditadas pero que no sabes exactamente cuando las pondrás en marcha. Y un día de repente lo haces y luego te asombras de haber tomado la decisión en ese momento, cuando no pensabas hacerlo. Y esa noche te vas a la cama pensando que ni por asomo cuando te levantaste hubieras imaginado que ese día iba a ser así.
La última vez que me ha ocurrido esto ha sido hace pocos días; Hace meses que vengo queriendo comprarme un objetivo fotográfico en concreto pero por mucho que intentaba ahorrar, no había manera. Un día me levanté y así de repente decidí poner en venta un objetivo que tenía y al que doy poco uso. Así que lo puse a la venta y con ese dinero pude encargar el objetivo que quería. (vale, no exactamente el que quería, pero sí uno similar que practicamente da el mismo resultado, jeje).
¿Quién me iba a decir a mí ese día cuando me levanté, que al acostarme ya sería dueña del objetivo que tanto había deseado durante meses? Ya lo tengo entre mis manos, y estoy deseando probarlo este próximo 2012 en las bodas, me va a dar unos resultados deliciosos!
Y aunque no tiene mucho que ver, pero como a mi parecer todas las entradas se ven mejor si van ilustradas con una foto, ahí va una!
