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Los fotógrafos solemos tener un estilo de trabajo muy definido y muy diferenciado del resto de nuestros colegas. Cada uno ofrecemos un producto diferente, y por eso es tan importante saber elegir al fotógrafo adecuado. Si os gustan las fotografías con mucho colorido probablemente no será una buena idea elegir a un fotógrafo cuyo trabajo es casi siempre en luces y tonos oscuros, y viceversa.
No podeis contratar a un fotógrafo y pedirle que trabaje en un estilo diferente al suyo, es como si contrataseis a Montserrat Caballé y le dijerais "sé que haces ópera pero yo quiero que me cantes reegaeton". A nadie se le ocurriría hacer eso, verdad? Nadie es bueno trabajando fuera de su estilo, y eso es lo bueno del arte, que cada uno se especializa en un estilo muy concreto y diferente.
Si miras el portafolio de un fotógrafo y de todas las fotos que ves sólo te gustan 2 o 3, entonces no es el fotógrafo que estás buscando, por muchas otras cosas buenas que le veas. ¿De qué te servirá cuando te entregue un CD con cientos de fotos y de todas esas sólo te gusten 5? En cambio si de su portafolio te gustan todas o casi todas, probablemente quedarás muy satisfecho con el resultado.
Una vez escogido vuestro fotógrafo, una cosa es el estilo del fotógrafo y otra distinta es vuestras preferencias o gustos. Es importante que le hagais saber al fotógrafo vuestras preferencias (si os gustan los posados o no, las fotos serias o no, los robados o no, los montajes o no, el blanco y negro, o sepia, o color...) y es importante que lo sepa en el mismo momento en el que decidís contratarle, para que él mismo pueda confirmaros que lo que buscais entra dentro de su estilo y que por tanto podreis quedar satisfechos. Si el fotógrafo se da cuenta de que él no puede satisfacer vuestras demandas será el primero que os recomendará a otro fotógrafo, no creo que haya nadie que quiera realizar un trabajo tan personal sabiendo de antemano que no podrá conseguir lo que le han pedido.